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martes, 30 de abril de 2013
Milan Kundera



(Brno, actual República Checa, 1929) Escritor checo nacionalizado francés de amplísima proyección y fama internacional. Tras la invasión rusa de 1968 perdió su puesto de profesor en el Instituto Cinematográfico de Praga, sus libros fueron retirados de la circulación y tuvo que exiliarse en Francia. Después de su primera novela, El libro de los amores ridículos (1968), publicó La broma (1968), La insoportable levedad del ser (1984) y La inmortalidad (1990), entre otras. Ha escrito también una obra de teatro, Jacques y su amo (1971), y algunos ensayos. Sus novelas se sitúan a medio camino entre la ficción y el ensayo, y hacen uso frecuente de la ironía, la presencia de diversas voces narrativas, la confusión entre elementos reales y ficticios y la digresión. En ellas el autor se enfrenta a sus propios fantasmas personales, el totalitarismo y el exilio, al tiempo que ahonda en los grandes temas de la libertad y la eticidad desde un profundo desengaño, a veces difícil de percibir tras su estilo aparentemente ligero y amable.

Hijo del pianista Ludvik Kundera, las vicisitudes políticas marcaron su juventud, obligándole a interrumpir sus estudios o su labor docente. Tras perder su trabajo en el Instituto Cinematográfico de Praga, fue desde 1975 profesor visitante en la Universidad de Rennes; en 1979 fue privado de la ciudadanía checa y se estableció en Francia. Adoptó la nacionalidad francesa en 1981 y, entre 1985 y 1987, revisó personalmente una traducción integral de su obra novelística al francés; a excepción de las iniciales, la mayor parte de sus obras aparecieron primero en francés y luego en checo. Después de unos inicios poéticos caracterizados por la adhesión, en algunos casos polémica, a los sueños de la nueva generación comunista de después del 48 (El hombre, amplio jardín, 1953, y El último mayo, 1955, reelaboración de un episodio de Reportaje al pie de la horca de J. Fucik), se orientó definitivamente hacia la narrativa.

Toda su producción ulterior no fue sino una sistemática desmitificación de los mitos de su generación y de la izquierda checa y europea en general, operada valiéndose de las más refinadas técnicas que la evolución de la novela ponía a su disposición (polifonía, alternancia de narradores, cruce de crónica y disertación filosófica), insertadas en un discurso musical con variaciones sobre el tema, recurrencia de un mismo motivo, contrapuntos de motivos distintos, en un continuo fluctuar entre la realidad física de los hechos y la realidad ficticia de los personajes, entre historia y novela.

El primero en ser atacado por Kundera fue el mito del amor, que zahiere en su libro de relatos El libro de los amores ridículos, aparecido en tres entregas (1963, 1965 y 1968). Luego fue el sueño comunista de 1948 (La broma, 1967) y el fracaso del programa revolucionario de las vanguardias históricas (La vida está en otra parte, 1979). La broma anticipó ya algunos rasgos característicos de su obra, como la integración de largos pasajes ensayísticos, y su peculiar concepto de lo grotesco. Después de La despedida (1979), cuya aparente ligereza proviene de la rigurosa construcción teatral y de la precisión del microdrama de una muerte "por equivocación", las novelas siguientes serán todas concebidas y escritas en el extranjero.

Tras volver nuevamente, con las siete variaciones de El libro de la risa y el olvido (1981), al tema de la ironía y de la desesperación de la memoria (histórica), abordando directamente y con agudo sarcasmo la realidad checa, Milan Kundera añadió con La insoportable levedad del ser (1984) un nuevo fragmento a su coherente obra de desmitificación que, ironizando esta vez sobre los esfuerzos revolucionarios de la izquierda occidental y volviendo al sueño de la Gran Marcha que había estado en la base de su poesía, constituye en la evolución de Kundera la novela de las ilusiones totalmente perdidas.

La insoportable levedad del ser es un intento de novela total, que repasa, a través de la vida de dos parejas, toda la historia reciente de Checoslovaquia y plantea sus permanentes interrogantes existenciales. El cirujano Tomas, muy mujeriego y que disfruta de una prestigiosa carrera en el extranjero, conoce un día a su compatriota Tereza, una frágil muchacha que acaba transformando su vida. Tomas la sigue a su país de origen, Checoslovaquia, regido por la dictadura comunista; el cirujano es objeto de depuración política y acaba en una granja estatal. Allí muere en accidente en compañía de Tereza. La narración pasa revista a otros personajes, como la pintora Sabina, abrumada por las rígidas directrices del arte oficial, el realismo socialista, lo que la lleva a una existencia vacua, sin raíces, desleal para con todos; o Franz, amante de la anterior, inestable, en una perpetua búsqueda de una vida que valga la pena ser vivida.

Entre sus novelas posteriores hay que destacar La lentitud (1994), La identidad (1998) y La ignorancia (2000). Ha publicado también los ensayos literarios El arte de la novela (1986), que reúne textos escritos en distintas circunstancias y donde expone su concepción personal de la novela europea, y Los testamentos traicionados (1993). Como dramaturgo, obtuvo reconocimiento con Los propietarios de las llaves (1962), aunque el autor personalmente prefiera Jacques y su amo (1975).



Contexto histórico en el que vivió Kundera

La era del comunismo en la República Checa terminó el año 1989. La gente no estaba satisfecha con la forma de gobierno y por eso los estudiantes organizaron las manifestaciones y los actos de protesta desde el 21 de agosto en el 1988. Se firmaron las peticiones contra los comunistas y se hicieron un seguido de encuentros secretos para canviar el sistema. ámplios sectores de la sociedad en la República Checa estavan a disgusto con el sistema político y social que había.

El 17 de noviembre de1989 hubo una demostración grandísima y unos días después se unieron los grupos de gente a la Plaza de Václav. Soñaban con sus llaves para expresar que nuestra nación quería ser libre.
 
 
 

Fragmento de la obra 'La insoportable levedad del ser'



2

Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada (das schwerste Gewicht).

Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo, en toda su maravillosa levedad. ¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?

La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.

Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad? Este fue el interrogante que se planteó Parménides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser. Uno de los polos de la contradicción era, según él, positivo (la luz, el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecemos puerilmente simple. Con una excepción: ¿qué es lo positivo, el peso o la levedad?Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo. ¿Tenía razón o no? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.


HRUBOÑOVÁ, MIKOLAJEK, LAUSOVÁ, URJTÍK, PETROSOVÁ


 

 

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